viernes, 22 de febrero de 2008

* Cirox, un raro Vodka de Uvas *



Ciroc, un raro vodka de uvas




Espíritus sofisticados

Los franceses lo llaman ‘Vodka de Vino’, el único vodka destilado a partir de uvas. Un espirituoso puro, único, cuya compleja esencia, rica suavidad y profundidad oculta, se obtiene de los viñedos, de la tradición y de la región en la cual nació.

Su nombre, Cîroc proviene de la conjuncion del francés “cime”, refiriéndose al punto más alto, y “roche”, refiriéndose a la roca: la forma más alta de Vodka.

Diageo, líder en la categoría ‘vodkas’ en el mundo, lanza Cîroc en Argentina, el primer y único vodka del mundo elaborado únicamente con uvas francesas. El resultado es una nueva experiencia de vodka, fresca e innovadora.

El lanzamiento fue un mediodía frío y soleado en el refinado diseño nórdico del restaurante Olsen. Tal para cual.

Los bocados con reminiscencias escandinavas inventados por Germán Martitegui fueron geniales con la virilidad sutil del spirit. ¿Hay virilidad sutil? Parecería que en este vodka si.

Lo probamos sólo y en tragos, tipo Cosmopolitan, esas mezclas algo dulzonas que algunos piensan que aman todas las mujeres. En mi caso me gustó mucho mas sólo su alma. O, como hizo el amable barman a mi pedido, como un Ciroc Sour, al estilo de los que se elaboran con su su primo hermano el Pisco. Este era, afortunadamente poco dulce. Finalmente el Pisco también es un destilado de uvas, no francesas sino de origen criollo. Y los de mejor calidad se debe tomarlos solos, no en tragos,


La esencia de Cîroc proviene de las uvas Mauzac Blanc de alta calidad, cultivadas en Cordes sur Ciel, una antigua ciudad fortaleza fundada en 1222 en la región del Gaillac, una de las áreas vitivinícolas más antiguas y elevadas de Francia.

Este terreno áspero y montañoso, donde el suelo rocoso se infunde con arcilla y piedra caliza, produce los más finos viñedos de las legendarias uvas Mauzac Blanc. Originalmente plantadas por los romanos hace 1000 años, estas uvas blancas son el secreto de lo que es Cîroc: una combinación de ‘altitud, latitud y actitud’.

Para crear de la tierra algo especial, el maestro destilador de Cîroc trabaja junto con los productores de vino locales para asegurarse que solamente las mejores uvas sean seleccionadas para pasar a ser el corazón de Cîroc. Sabe que la tierra allí es perfecta. Sabe que la altitud actúa para mantener la temperatura baja, especialmente durante la noche, cuando se dice que ‘solamente la luna calienta las uvas’. Sabe que esto preserva el sabor de la cosecha y que mientras más tiempo se queden las uvas en el viñedo, más fina será la destilación. Entonces espera – como espera el productor de vino – a que el tiempo y la temperatura hagan su trabajo.

Al estilo de los mejores Cognac o Armagnac, sólo que el Ciroc no está criado en roble.

El resultado es la forma más elevada de vodka; un clásico contemporáneo, hecho en frío para ser servido frío y para ser disfrutado por su complejidad y elegancia.

Proceso de producción:

Cîroc es un vodka auténticamente exclusivo e innovador porque está elaborado con uvas francesas. ¿Vodka de Uvas? El vodka puede estar hecho de uvas y de cualquier ingrediente orgánico fermentable. El hecho que sea producto de uva y no de grano le proporciona una frescura completamente distintiva.

Las uvas se dejan en la vid durante más tiempo para extender el período de maduración, y se cosechan a bajas temperaturas para preservar la pureza de su frescura y sus aromas naturales, otorgándole a Cîroc rasgos cítricos, frescos y vibrantes.

A diferencia de los granos, las uvas no necesitan calor para liberar sus azúcares fermentables. Cîroc en cambio, sigue los procesos en frío, sistema que hasta ahora había sido practicado únicamente por los mejores productores de vino fino. Esto contribuye aún más a preservar su particular frescura, y a extraer una combinación más sabrosa de sus rasgos frutales.



Y, a diferencia de la mayoría de los vodkas que están destilados 3 veces, Cîroc tiene 5 procesos de destilado. El “corazón” de la uva Mauzac Blanc es destilado cuatro veces antes de ser mezclado con el aguardiente de uva de uva Ugni Blanc de Cognac, que también es destilado cuatro veces. La quinta y última destilación tiene lugar en la destilería, ubicada en el centro de la campiña de Cognac. Aquí es donde verdaderamente nace Cîroc: en un alambique de cobre especialmente fabricado, a la antigua usanza, a mano.

Esta destilación imprime a Cîroc su textura suave; pero el singular uso de las uvas y los procesos de fermentación en frío son los factores clave para lograr su frescura extraordinariamente ligera, elegante y aromática.

Aroma: fresco con un ligero rasgo cítrico

Paladar: un rasgo fresco y ligeramente alimonado se percibe con el primer sorbo, con un dejo de uva verde que se extiende hasta la mitad de la boca.

Sabor final: nítido y fresco, de una viscosidad exquisita y una textura muy rica; un delicado vapor cítrico ayuda a equilibrar el alcohol casi de inmediato. Suavidad excepcionalmente fresca y elegante.

En lo que respecta a su sabor general y textura, Cîroc es refinado y de mediano cuerpo. Tiene más alma de Armagnac que de vodka ruso. Más Proust que Chejov...

* The Harry´s Bar *


* The Harry's Bar *


Catedral del Bellini, cuna del Carpaccio

Por Guillermina Olmedo Producción Angélica Navarro Castillo





Qué tiempos aquellos cuando el mundo se regía por los valores del honor y la gratitud. Remontémonos a los años veinte e imaginemos a un junior bostoniano, pasando temporadas larguísimas en el hotel Europa de Venecia.

Harry Pickering —hasta entonces asiduo cliente del bar del hotel— daría por terminadas sus sesiones de martinis debido a que sus padres, preocupados por su manera de beber, le cortaron la mesada. Una tarde, el barman se toparía con su ex cliente, quien le confesó la razón de su ausencia. “¡Faltaba más!", dijo Giussepe Cipriani, ofreciéndole en préstamo 5 mil dólares.

Dos años más tarde Harry llegaría a Venecia con 25 mil dólares que le entregó a Cipriani para que abriera un bar. Estos gestos de amistad y confianza entre gente bien son aún parte de la atmósfera del Harry's Bar, hoy dirigido por Arrigo (Harry en italiano) Cipirani, hijo de Giussepe.

Amueblado con las mesitas como aquella donde Ernest Hemingway se sentara a escribir, este espacio podría contar más historias que Boccaccio. Frente a la barra donde se inventó el bellini (coctel que combina la pulpa del durazno blanco maduro y prosecco, vino espumoso italiano) han desfilado, mezclados con miembros de la aristocracia veneciana, desde Proust y Truman Capote, hasta Nicole Kidman y Woody Allen.

En una atmósfera cálida, los meseros se dirigen a los clientes por su nombre o por su título.

Por su parte los “nuevos" se sienten en casa al cruzar el umbral.

Es éste otro de los secretos del éxito del Harry's: aquí pertenecemos todos… todos los que estén dispuestos a pagar US$23 por una minestrone o US$56 por un carpaccio —otro delicioso invento de Giuseppe Cipriani elaborado para la condesa Anna Nani Mocenigo, cuyo doctor le aconsejó comer carne cruda.

Hoy existen muchas copias del Harry's Bar de Venecia, establecido en 1931 al fondo del Gran Canal, pero el gran invento de Giuseppe Cipriani es el único que posee la magia de un original.



Harry's Bar

Calle Vallaresso

San Marco 1322

Tel: 39 041 528 57 77

www.cipriani.com

* la Historia del Carpaccio *


* la Historia del Carpaccio *


En general, se entiende por tal nombre, que es el de un pintor italiano, Vittore Carpaccio, toda preparación en finas láminas de un alimento presentado en crudo y aliñado de múltiples maneras. Naturalmente, el pobre Vittore no se jaló un carpaccio en su vida.

Como en muchas ocasiones en la cocina de éxito, las grandes innovaciones proceden de errores o de aprietos en los que se ha visto algún chef de fama. Y éste último es el caso. Hemingway, Truman Capote, Scott Fitgerald y muchos otros nombres que están en las enciclopedias eran asiduos clientes -allá por los años 30- del Harry’s Bar, en la húmeda Venecia, fundado por Giuseppe Cipriani, quien, por cierto, acabó convertido en personaje literario en alguna obra de Hemingway.

El bueno de Cipriani se encontró un buen día con que una condesa, buena clienta de su establecimiento, le indicó que su médico le había prescrito comer carne cruda, y le preguntó si tenía en su carta algún plato con esa condición. Otro cualquiera habría enviado a la señora condesa al matadero municipal, pero un buen cheff ha de mantener el tipo en todo momento. Así que cortó una finísima lámina de un solomillo de buey, que aliñó con mahonesa aderezada con mostaza y salsa perrys.

El caso es que a la condesa le encantó el plato y le preguntó a Giussepe por su nombre, para poder pedirlo en futuras ocasiones. Otro aprieto para el pobre Giuseppe, que no se amilanó.

Recordando que en Venecia se mostraba en esos días una exposición del pintor Vittore Carpaccio, cuyas obras se caracterizaban por la profusión de los colores rojo y amarillo contestó: Carpaccio de buey.

La condesa se fue contenta y nació un nuevo plato para la gastronomía internacional.